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24 février 2007

Banos Publicos

los baños públicos

http://oom-genero.blogspot.com/2006/07/los-baos-pblicos.html

"Más acá de las fronteras nacionales, miles de fronteras de género, difusas y tentaculares, segmentan cada metro cuadrado del espacio que nos rodea. Allí donde la arquitectura parece simplemente ponerse al servicio de las necesidades naturales más básicas (dormir, comer, cagar, mear...) sus puertas y ventanas, sus muros y aberturas, regulando el acceso y la mirada, operan silenciosamente como la más discreta y efectiva de las tecnologías de género.

Con motivo del día de la mujer trabajadora Luz Darriba,cambió por un día los semáforos de la Ronda de la Muralla en Lugo con la colaboración con el Ayuntamiento y la Policía Local. 08.03.2006

células de inspección y control público 

"Así, por ejemplo, los retretes públicos, instituciones burguesas generalizadas en las ciudades europeas a partir del siglo XIX, pensados primero como espacios de gestión de la basura corporal en los espacios urbanos, van a convertirse progresivamente en cabinas de vigilancia del género.[...] En el siglo XX, los retretes se vuelven auténticas células públicas de inspección en las que se evalúa la adecuación de cada cuerpo con los códigos vigentes de la masculinidad y la feminidad. [...] Podríamos pensar que la arquitectura construye barreras cuasi naturales respondiendo a una diferencia esencial de funciones entre hombres y mujeres. En realidad, la arquitectura funciona como una verdadera prótesis de género que produce y fija las diferencias entre tales funciones fisiológicas.[...]Escapar al régimen de género de los baños públicos es desafiar la segregación sexual que la moderna arquitectura urinaria nos impone desde hace al menos dos siglos: público/privado, visible/invisible,decente/obsceno, hombre/mujer, pene/vagina, de-pie/sentado, ocupado/libre…"
Beatriz Preciado BASURA Y GÉNERO. MEAR/CAGAR. MASCULINO/FEMENINO
pulse aquí para leer artículo completo 

the wrong crowd Los baños públicos de señoras reproducen un espacio doméstico en medio del espacio público. En ellos, una pequeña multitud de mujeres femeninas, que a menudo comparten espejos y lavamanos, actúan como inspectoras anónimas del género femenino controlando el acceso de los nuevos visitantes. Aquí, el control público de la feminidad heterosexual se ejerce primero mediante la mirada -que no admite ambigüedad de género- y sólo en caso de duda mediante la palabra. La femeneidad se produce por la sustracción a la mirada de toda función fisiológica: el cuerpo es algo sucio que debe estar oculto. En las cabinas, ocultos a la mirada, se esconden los váteres femeninos. Estos reúnen dos funciones bajo una misma postura y gesto: femenino=sentado. Es así como se reproduce orden doméstico en el espacio público. Al salir, el espejo, reverberación del ojo público, invita a un retoque de la imagen femenina bajo la mirada reguladora de otras mujeres. (Resumen del artículo B. Preciado)
NOTA: La imagen pertenece a una campaña de The World Toilet Organization, para animar a la gente a limpiar tras de sí

las miradas enfrentadas Los baños públicos de caballeros son un pliegue del espacio público en el que se intensifican las leyes de visibilidad y posición erecta que tradicionalmente definían el espacio público como espacio de masculinidad. En ellos los urinarios se agrupan en un espacio, a menudo destinado igualmente a los lavabos, accesible a la mirada pública. Puesto que la producción eficaz de la masculinidad heterosexual depende de la separación imperativa de genitalidad y analidad, los urinarios no están enclaustrados en cabinas opacas, sino en espacios abiertos a la mirada colectiva. Mear-de-pie-entre-tíos es una actividad cultural que genera vínculos de sociabilidad compartidos por todos aquellos, que al hacerlo públicamente, son reconocidos como hombres. Por otra parte, el baño de caballeros, resulta ser, junto con los clubes automovilísticos, deportivos o de caza, y ciertos burdeles, uno de los reductos públicos en el que los hombres pueden librarse a juegos de complicidad sexual bajo la apariencia de rituales de masculinidad.

Los urinarios públicos contemporáneos obligan a mirar contra la pared. En estos baños colectivos de Efeso, en Turquía, el banco de tres lados en U podía acoger un total de 3x13 usuarios, las miradas enfrentadas. Aquí, las funciones de orinar y defecar no se encontraban separadas, una no era considerada más sucia que la otra. No se trata de una cuestión de higiene: por el canal a los pies discurría agua relativamente limpia para lavar las manos. Tampoco de comodidad: el siervo calentaba el mármol previamente a su disfrute por el señor. Ambas funciones se realizaban en el mismo aparato y ninguna se ocultaba a la vista, porque ninguna causaba mayor pudor ni requería mayor intimidad. En definitiva, tenían la misma 'categoría'. Hay que decir que este era un espacio reservado al varón, en una época de masculinismo mítico en la que el espacio público era privilegio masculino, y de la que, según Beatriz Preciado, el baño de caballeros de nuestro paisaje urbano resulta ser un resto cuasi-arqueológico.


lo oculto y lo visible La artista Monica Bonvicini realizó esta instalación en Londres. En ella exploraba el límite entre lo íntimo y lo público a través de un retrete unisex individual en la calle. El material de la cabina es el vidrio que utilizan las comisarías de policía como dispositivo de control. La cara reflectante, colocada hacia el exterior ofrecía un reflejo del espacio público y se diluía en él. La transparencia hacia el interior anulaba la voluntad de sustracción a la mirada de los retretes. Con ello se ponía de relieve la infiltración de un ámbito íntimo en el espacio público, pero sobre todo hacía observar las propia reacción del cuerpo-mente que experimenta pudor y verguenza ante una necesidad fisiológica que, más allá de una cuestión de higiene, colectivamente se considera como inmunda y sucia. En definitiva pone de manifiesto que el cuerpo es un constructo social y cultural y como tal desvela todas las estructuras que pesan sobre él. Holanda, un país con una particular cultura de la sexualidad, lo íntimo y lo público, lo oculto y lo visible, ha sido pionero en utilizar urinarios públicos expuestos a la mirada como estos. El artilugio comercializado por diversas marcas que permite a las mujeres mear de pie, ha llevado a la comercialización de unirarios femeninos en festivales como el Glastonbury con el propósito de evitar a las chicas las largas colas. Pero, si pensamos que marcas como Mango fabrican una prótesis similar adaptada al cuerpo de los transexuales que han operado sus genitales, advertimos que estas arquitecturas efímeras siguen modelando los géneros. responden a una idea de lo femenino, adaptado a la mujer de nuestro tiempo, que reivindica la misma condición que el hombre. Si bien la instalación estos urinarios femeninos permiten a tod@s la posición erecta y el entregar sus funciones fisiológicas a la mirada pública, no deja de ser una 'versión femenina de lo masculino'. El femenino color rosa que comparten con la mayoría de marcas que comercializan la cuña, y la pieza gris que protege el cuerpo de la mirada -y en la que encuentro reminiscencias del cinturón de castidad- sigue funcionando como una tecnología de género. Las cuñas de papel son prótesis corporales que permiten prácticas en el espacio público que, más allá de lo insólito o lo anecdótico, cuestionan que lo 'natural' sea lo 'normal' o lo 'normativo''. Pero existen otras técnicas para mear de pie.

Estas prácticas, provenientes de una revalorización de lo individual en los contextos colectivos, que ha dado voz a las minorías, hacen posible una cierta reapropicación del cuerpo. El cuerpo individual, como prolongación del cuerpo social y herramienta mental, trabaja desde su existencia como palabra, y a su través entrega formas de ver, sentir, pensar y organizar la realidad.

Referencias Bruce Pratt, Minnie. 'Baño'. S/HE. Firebrand Books, EE UU, 1995.
Cortés, Jose Miguel G. 'Políticas del espacio. Arquitectura, género y control social'. Iaac y Actar. Barcelona, 2006.
Preciado, Beatriz. 'Multitudes queer. Notas para una política de los anormales'. Revista Multitudes. Nº 12. París, 2003.
Preciado, Beatriz. Basura y género. Mear/cagar. Masculino/Femenino. En www.hartza.com/basura.htm
Preciado, Beatriz. Entrevista en programa Redes de TVE. http://www.youtube.com/watch?v=W8wfc2JNMd4

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Commentaires
L
necesito contactarme con beatriz preciado con urgencia - motivo: autorizacion para traduzir y publicar articulos suyos al aleman, en austria. por favor mandarme su direccion electronica.<br /> gracias
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